Hagamos fuego para compartir las historias. Para volver a lo esencial. Para reírnos de lo simple y de lo serio. Para filosofar sobre cualquier cosa y maravillarnos de lo más tonto; para recordar que somos nada y capaces de todo.
Hagamos fuego para intercambiar ideas, con la pasión en el centro y alrededor el talento. Para enseñar y ser enseñados. Para invitar y ser invitados — pues el fuego es de todos y no pertenece a nadie.
Compartamos el calor con los que empiezan para que nuestro fuego permanezca. Traigamos la chispa a donde está la leña — y también unas cuantas sillas.
Y para lograrlo hemos formado un equipo de personas que comparten esta visión.
Esto es sólo una parte de nuestro equipo, somos todo una Comunidad.
Multipliquemos posibilidades.